Es un hecho que la firma de Porsche está fuertemente definida por la nomenclatura 911. Además de estos, el resto de productos de la familia Porsche asiduamente han sido desde ya los remotos años 50, un objeto de deseo para todos los amantes del automovilismo. También hubo modelos que fueron menos aceptados entre los más acérrimos porschistas, como el 928, pero ese es un proyecto en el que por ahora no nos involucraremos. Precisamente quiero hacer hincapié en un modelo que a día de hoy no está precisamente valorado entre el habitual usuario de Porsche, si bien es un producto que actualmente ofrece más oferta que demanda y que además, no está abalado por una exclusividad precisamente profusa.
El nacimiento del Porsche *Boxter 986 no tuvo un origen demasiado jubiloso. Para considerar a esta maravilla debemos remontarnos a principio de los años 90, donde las ventas de la firma alemana habían entrado en una debacle que apenas alcanzaban las 14.000 unidades anuales. Teniendo en cuenta la plétora de ventas de los 80, con 50.000 unidades facturadas en 1986, los actuales números no eran capaces de sostener una empresa de tal magnitud.
Fue quizás el país del Sol Naciente quien procuró a los alemanes un haz de inspiración para encontrar el resurgir del mercado.
La directiva, entonces capitaneada por Wendelin Wiedeking, estudiaba el mercado y con ello, algunos de los productos que más venían despuntando en ese momento. Es sabido que la década de los 90 originó consigo considerables tendencias, conceptos y por supuesto, tecnologías. Mazda entre otras, se hallaba en plena escalada con un producto llamado MX-5 Miata, un renovado concepto del Roadster clásico basado en un atractivo biplaza descapotable de propulsión trasera. Auténtica secuela donde las haya, de los Fiat 124 Spider de los 70, los Midget británicos de MG e incluso de extremos como el AC Cobra.
*Todo un Roadster equipado con un motor Bóxer, de ahí su denominación Boxter. Sin quebraderos de cabeza a la hora de titularlo.
Viendo el éxito cosechado por el MX-5, Porsche interpretó su propio Roadster en torno a su verificada experiencia con los idílicos 550 Spyder y los 718 RSK. Nacía el Boxter 986, modernizado mediante los rasgos del entonces novicio 996, y aunque ya refrigerado por agua, manteniendo el espíritu tradicional de sus antepasados. Y es que insisto, este producto en parte le debe mucho al Japón, no solo por el palpable estímulo comercial que Mazda arrojó sobre los despachos alemanes, —entre otros— si no por la colaboración de Toyota la cual asumió parte de los costes de producción del modelo alemán. De este modo el ensamblaje del nuevo Porsche se redujo de 120 a 72 horas.
El resultado fue todo un éxito y se materializó solamente tres años después de su trazado interno. Denominado como Boxter 986, el nuevo deportivo incorporaba por supuesto, un contenido Flat-Six de 2.5 litros que rendía 204 cv. La acogida del modelo fue tan brutal que triplicaron sus ventas anuales gracias a una fantástica interpretación de la directiva, la cual podríamos dividir en dos puntos clave.
El Porsche Boxter 986 fue un pequeño spoiler de lo que sería el 996, ya que el Roadster nació un año antes que aquella controvertida generación de 911.
– El Porsche Boxter 986 se manufacturó con vistas a un target mucho más dilatado que el tradicional de la firma, siendo etiquetado este con unos precios más asequibles que se ajustaban al cliente medio.
– La directiva de Porsche supo leer a la perfección la caracterización del concepto Boxter, desvinculándole por completo de la personalidad y la esencia de lo que venía siendo el conjunto del Nueve Once. El Roadster y el deportivo por excelencia de la marca, en ningún momento se pisaron a pesar de sus excelsas similitudes visuales y tecnológicas.
Hoy en día el Boxter de primera generación sigue siendo un deportivo muy a tener en cuenta y más, como os comentaba al principio de esta cita, siendo un producto que sigue ofreciendo más oferta que demanda. Evidentemente, su relativa amplitud de producción comparada con otros modelos Porsche, también ha afectado negativamente a la evolución de sus cotizaciones. Casi a su vez brotaron los BMW Z3 o los Mercedes CLK, otros modelos de alta gama que personalmente, están muy por debajo de este aparato en todos los aspectos.
Es complejo hoy en día encontrar una unidad con pocos kilómetros demostrables y que no haya pasado por cinco o seis manos diferentes, pero aún con todas esas trabas de mercado, sin duda es un deportivo asequible por el que pujar con vistas al futuro. Sus cotizaciones, después de muchos años empiezan a estar en alza.
Fuente: autoevolution.