Muchas horas semanales son las que me veo inmerso tras una pantalla recopilando imágenes históricas para el disfrute de todos los seguidores de mis páginas. Un test, un Monte Carlo, un Avus, el primer plano de todo un Magnum 440.. ¡Lo que sea! El caso es que mi teléfono personal termina siendo toda una enciclopedia portátil plagada de imágenes de época, y durante todo ese dilatado proceso de nutrición fotográfica uno toma muchas notas nuevas y también descubre viejas y curiosas glorias como la aquí presente.
Para ponernos en situación, el Ferrari 308 encabezó la estirpe de deportivos del Cavallino equipados con motores V8 situados en posición central trasera. Cuando se lanzó a mediados de los 70 como sucesor natural del Dino, y a pesar de ejecutarse sobre un esquema muy similar al de este, el Ferrari 308 supuso un gran salto tecnológico para la firma de Maranello. De hecho, las primeras unidades construidas con carrocería vetroresina —de fibra de vidrio— son hoy en día consideradas como algunos de los más exóticas piezas para los coleccionistas.
Teniendo en cuenta que estamos ante un deportivo clásico, es tarea ardua la de intentar modificar sus cualidades sin que se tenga que alterar su valiosa genética. Por eso, así a bote pronto podemos desvelar que esta máquina de alto rendimiento es un fastuoso Frankenstein equipado con piezas de hasta siete Ferrari diferentes. Dicho esto, cualquier devoto purista de la firma declararía que esto es una ilegítima aberración, pero los 570 cv de potencia declarados por el veterano pueden hacer cambiar de opinión a cualquiera.
Con 225 cv de fábrica, esta unidad de 1978 ha conseguido concentrar más del doble de su potencia original.
APS Racing se ha encargado de llevar a esta unidad al propio Olimpo personal de los Ferrari 308. Se utilizó nada menos que uno de los motores construidos por Bob Norwood —el creador de la perfectísima réplica del Ferrari 330 P4 — para surcar las salinas rectas de Bonneville, donde priman por excelencia demenciales velocidades máximas. Cuando el proyecto quedó estancado por un tiempo, Norwood obsequió al dueño de este Ferrari 308 con el motor modificado que previamente había ensamblado en aras del Bonneville Salt Flats Race Track.
Personalmente, y a pesar de haber estado indagado en las oscuras aguas de Internet, no he obtenido más información sobre la anexión de piezas de esos siete Ferrari. Sí se sabe que el V8 está equipado con un Turbo Precision 62-66, y que los 570 cv se transmiten directamente al tren posterior. El propio Matt Farah —The Smoking Tire— estuvo utilizando este Ferrari sobre asfalto cerrado texano y admitía explícitamente que a pesar de no ser un coche de competición, tenía un carácter muy dócil y equilibrado en cuanto a la entrega de sus casi 600 cv de potencia.
Fuente: roadandtrack.