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Mercedes CLK-DTM (AMG) 2004

written by Héctor Jáñez 17 diciembre, 2020
Mercedes CLK-DTM (AMG) 2004

 

En el año 2004 Mercedes-Benz estaba de celebración. La temporada anterior, Bernd Schneider se había vuelto a proclamar campeón de la DTM, otorgándole a los alemanes su novena victoria en la serie, la tercera de la era moderna. Muy generosos, en Mercedes-Benz deciden premiar a sus más devotos admiradores mediante un caro distintivo. Solo 100 afortunados serían bendecidos por la exclusividad de poder guardar en su garaje un Mercedes CLK-DTM de calle, totalmente homologado y ensamblado por la división deportiva AMG.

El acrónimo CLK (Coupé Leicht Kompakt), describía en nuestro idioma uno de los estereotipos de vehículo más demandados en su época: Coupé, Ligero y Corto. Esto último al menos refiere a lo que entendemos por distancia entre ejes, y no obviamente, a sus más de cuatro metros y medio de largo. Cuando Mercedes presentaba sobre la segunda generación del coupé, una versión DTM apta para las travesías tradicionales, lo hizo con todas las de la ley. La compra de estos vehículos debía realizarse mediante una excluyente invitación, y solo 40 de las 100 unidades llevarían el volante en el lado derecho para satisfacer a todo el mercado europeo.

 

 

En una época de cifras despampanantes y de tecnología abrupta, los números de este coupé siguen revelándose muy cautivadores. En las series comunes del AMG W209, se utilizó el entonces reciente motor V8 M156, muy evolucionado y con distintivos notables con respecto a la generación anterior. Sin embargo, el CLK-DTM de calle iba dotado de la versión anterior de la gama V8: los M113, utilizados por los AMG más deportivos de la pretérita serie W208. Las diferencias entre sendos motores eran sustanciales, partiendo de que el primero contaba con 32 válvulas en lugar de las 24 del más veterano.

El V8 de 5.4 litros estaba calzado con un supercharger Eaton y desarrollaba nada menos que 590 cv a poco más de 6.000 vueltas. No era lo más impresionante de su ficha técnica. Los brutales 800 Nm de par a solo 3.500 vueltas, son cifras que apenas se ven reflejadas en colosales bloques diésel, como el del reciente Alpina D5 S o quizás, en alguno de los delirios que ABT derramó sobre el Audi S8.

 


Las victorias del CLK en la DTM eclipsaban la cadena de fracasos profesionales que venía arrastrando la marca con los CLR y los CLK-GTR.


 

Así lucía, completamente desnuda, la unidad DTM original.

 

La carrocería no pasó desapercibida, nutrida en una buena parte de sus zonas a base de polímero reforzado con fibra de carbono, como el capó o las puertas. Enormes pasos de rueda se perfilaban a través de la estilizada cintura del coupé, reproduciendo incluso las tomas de ventilación de la zona posterior, directamente derivadas de las unidades de competición. El kit de carrocería fue diseñado desde cero, con fuertes rasgos en la zona del difusor y los apéndices aerodinámicos más notorios, como su alerón trasero fabricado en fibra de carbono.

 


El año 2003 fue uno de los más abrumadores de la serie. El equipo Vodafone-AMG Mercedes logró 9 victorias en 10 rondas celebradas.


 

Se utilizaron llantas de doble medida, al más puro estilo old school. El tren posterior, encargado de recibir íntegramente a todo el ejército de corceles, estaba calzado con llantas de 20 pulgadas y neumáticos *Dunlop de 285-30, mientras que el tren delantero se servía de llantas de 19 pulgadas y gomas de 225-35.


*Desde el comienzo de la nueva era de la DTM en el año 2000, los neumáticos de todos los equipos fueron suministrados por Dunlop. Una práctica que la firma alemana quiso extrapolar a las versiones de calle.

 

 

Todos los sistemas electrónicos destinados a las ayudas de conducción, fueron manipulados mediante nuevos parámetros. Las suspensiones ajustables configuraban la extrema rudeza del coche, en conjunción con un equipo de frenos ventilados muy superior y unas barras estabilizadoras reforzadas. También se le dotó de un nuevo diferencial de desplazamiento limitado, pero en mi opinión, fue lastrado con el hándicap que supone disfrutar de este tipo de maquinaria mediante una caja de cambios automática, además con solo 5 relaciones.

Difícilmente podrían ser mejorables los interiores de un Merceds-Benz AMG, pero en éste se consiguió. Las inserciones de las puertas y el salpicadero en fibra de carbono, ponían una nota deportiva a lo que quizás fuera un estilo excesivamente burgués para este tipo de vehículo. Las plazas traseras fueron eliminadas y en la parte delantera se acomodaron unos baquets.

 


Este sería el ADN utilizado por Mercedes-Benz para gestionar el nacimiento del SLR McLaren. El modelo estrella de la marca usaría el mismo modelo de compresor volumétrico.


 

 

Hace apenas unos pocos años, una de estas unidades salió a subasta alcanzando cifras estratosféricas de más de 250.000 euros. Teniendo en cuenta que solo se ensamblaron 100 unidades, que alcanza los 100 Km/h desde parado en tan solo 3,8 segundos y que sus ocho pucheros son capaces de superar los 320 Km/h, ¿por qué no?

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