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El uso correcto de las luces antiniebla.

written by Héctor Jáñez 17 diciembre, 2020
El uso correcto de las luces antiniebla.

 

Antiguamente, las luces antiniebla delanteras no eran un complemento de montaje obligatorio para los vehículos. Hoy en día, en plena era tecnológica, los coches vienen dotados incluso de dispositivos DRL (Daylight Running Lamps). Se trata de un sistema de iluminación permanente que se activa nada más arrancar el motor, homologado en Europa para cumplir con las normativas ECE R48 y ECE R87.

Por supuesto, los coches contemporáneos ya hace tiempo que vienen dotados de luces antinieblas, situadas en la parte más baja del vehículo en aras de una mayor efectividad sobre la calzada y de la posibilidad de la extensión del campo visual. El caso es que este suplemento lumínico a menudo es un recurso al que se le da un mal uso, perjudicando con ello en la mayoría de casos a los demás usuarios de la vía.

 

El testigo verde hace referencia al antiniebla delantero, mientras que el testigo naranja refiere al trasero.

 


En la mayoría de los casos, las luces antinieblas traseras son mal utilizadas. Es necesario conocer el reglamento y procurar ser condescendiente con los demás conductores.


 

– El uso de la luz antiniebla delantera.

El reglamento de circulación suele ser bastante claro en estos casos, aunque es cierto que puede ser necesario esclarecer algunos matices al respecto. Los antinieblas son un recurso contra las condiciones meteorológicas adversas, o en algunos episodios, también cuando éstas presenten dificultades de visualización medias. El uso del antiniebla delantero debe darse cuando existan condiciones meteorológicas o ambientales que dificulten  nuestra visibilidad. La niebla o la lluvia intensa son las situaciones más comunes, pero también puede darse una enérgica nevada e incluso alguna nube de polvo o de humo. Es en estos casos, que es necesario el uso del antiniebla delantero, siempre acompañado de la luz cruce.

  • Es desaconsejable el uso de las luces de largo alcance si se dan estas condiciones, ya que la potencia de este tipo de luces tiende a reflejarse en la propia niebla, deslumbrándonos a nosotros mismos, y por supuesto, a los usuarios de la vía que circulen por el carril contrario.

Otro apunte importante que recoge el reglamento, es la recomendación del uso de los antinieblas delanteros en tramos donde las vías sean estrechas o su trazado esté definido por un conjunto de curvas progresivas de cierto peligro. En este caso, no es necesario que se de ninguna condición meteorológica adversa para poder utilizar este tipo de iluminación.

 

 

– El uso del antiniebla trasero.

Este apartado es el más polémico, ya que con nuestro desconocimiento y egoísmo podemos causar muchas molestias a los demás usuarios de la vía, e incluso en el peor de los casos, provocar un accidente. Aunque todos los vehículos sin excepción, estén dotados de la luz antiniebla trasera, no significa que debamos utilizarla a nuestro libre albedrío. También es importante esclarecer que la finalidad en exclusiva de este alumbrado es que seamos vistos por el resto de conductores. Las condiciones para el uso del antiniebla trasero son muy específicas, y han de cumplirse a raja tabla, por nosotros, y por el resto de conductores. Se trata de una cuestión de respeto y de civismo.

La luz antiniebla trasera solo deberá utilizarse durante condiciones meteorológicas extremadamente desfavorables, es decir: con niebla muy cerrada, lluvia muy intensa o durante la sucesión de nubes de polvo o de humo que nos dificulten gravemente la visibilidad.

 


La luz antiniebla trasera es una luz muy potente. Por darle un mal uso, sobre todo en vías urbanas, estás perjudicando notablemente a los usuarios que circulan detrás de ti. 


 

Aquí es importante matizar sobre la percepción visual de cada uno. Es cierto que existirán personas que piensen que durante un día de niebla cualquiera deben llevar puesto el antiniebla trasero, y habrá otros que consideren que la situación es favorable y no lo requieran. En este punto se ha de ser claro: Solo debes utilizar las luces antiniebla traseras cuando tu visibilidad no te permita distinguir las luces del vehículo que tienes delante a una distancia aproximada de 25 metros. Por ejemplo, circulando a través de una niebla espesa que no te permite ver prácticamente nada por delante del morro de tu vehículo.

Es incontable la cantidad de coches que circulan con los antinieblas traseros encendidos bajo una niebla de lo más común. El episodio se repite a menudo en vías urbanas, donde la iluminación de la propia ciudad y las cortas distancias, te permiten ver prácticamente a 100 metros. Además, la normativa de velocidad vigente para este tipo de vías asegura aún más nuestra correcta seguridad.

  • Utilizar a tu antojo las luces antinieblas traseras condiciona al conductor que circula detrás. Estas luces son muy molestas, especialmente a corta distancia. Es realmente desagradable pararse en un semáforo tras un coche con las antinieblas traseras encendidas. Es similar o incluso peor que cuando nos cruzamos de frente con un conductor que lleva las largas. Además, es especialmente perjudicial para las personas que padecen algunos defectos oculares, como el astigmatismo.

En resumidas cuentas, usar los antiniebla traseros cuando nos parece es una irresponsabilidad, también una infracción, y por supuesto, en consecuencia podemos ser multados por ello. Es importante aprender a regular progresivamente el uso de este tipo de luces, darlas y quitarlas en intervalos en los que veamos que las condiciones climáticas varíen. Pero sobre todo, es importante tener un poco de civismo y de respeto por los demás conductores.

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