Recordar anécdotas, comparativas o simplemente fichas de coches del pasado, es toda una satisfacción donde las haya. La cuestión es, que si a uno de aquellos coches le sumamos el apellido Maxi y además está directamente ligado a la disciplina de los rallyes, se convierte —como decía por entonces Enrique Iglesias— en una experiencia religiosa.
Aunque aún está por desvelar el programa definitivo, Sebastien Loeb ya ha comenzado a preparar su participación en el Mundial de Rallyes de 2018, y lo ha hecho de una manera muy especial: sacando a pasear su remozado Peugeot 306 Maxi. Recordemos que la unidad del francés es un tanto especial. Fue reconstruido en exclusiva por Vaison Sport para el astro francés, y cuenta con ciertas mejoras entre las que destacan una nueva gestión electrónica, nuevos componentes que nutren su bastidor y un chasis optimizado que se asocia con una nueva dieta de adelgazamiento.
Los escasos dos minutos que nos ofrece el vídeo, nos muestran en plena acción al piloto junto a su inseparable compañero Daniel Elena. Todo un regalo para la vista —y los oídos— muy de agradecer en una época dominada por el turbocompresor, los SUV y los híbridos. Escuchar el canto celestial del 16 válvulas atmosférico pone los pelos de punta, mientras que en cierto modo, nos entristece sabiendo que, ya solo podremos disfrutar de momentos así gracias al fervor de una nimiedad.
Lo grandioso es que el piloto ha estado a punto de hacerse con el Rallye du Var abordo de su 306 de tracción delantera y 20 años a sus espaldas nada menos, y además, compitiendo con una lista de militantes armados hasta los dientes con la mejor tecnología de vanguardia. En la encarnizada lucha de tiempos contra un buen puñado de los desenfrenados R5, e incluso con algunos compatriotas WRC equipados con los THP turboalimentados, el dúo nueve veces campeón ha logrado liderar una de las pruebas más destacadas del territorio francés.
“Estábamos ante un marciano pilotando un 306 Maxi” declaraba el piloto francés David Salanon.
El desastre llegó precisamente cuando la consonancia entre el 306 y Loeb estaba al máximo, siendo líderes de la prueba. Tras una disputa de tintes proféticos, durante la última etapa el veterano motor del 306 dijo basta, dejando al francés a las puertas de lo que hubiera sido una victoria épica. Por consiguiente, David Salanon sentenciaba con su Ford Fiesta RS WRC, para terminar el sábado como líder indiscutible de la prueba.
El auténtico triunfo del piloto ha sido llenar de nostalgia y satisfacción a todos los admiradores de las épocas pasadas de los rallyes, además de demostrarnos que está en plena forma de cara a las pruebas que disputara en el Mundial de Rallyes 2018.
Imágenes vía: auto.cz