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1982. El día en que un Renault 20 conquistó el París-Dakar.

written by Héctor Jáñez 5 enero, 2018
1982. El día en que un Renault 20 conquistó el París-Dakar.

Era una época en la que los medios y la seguridad eran precisamente dos factores un tanto desdeñados. Cuando los hermanos Marreau se hicieron con la victoria de la edición de 1982 del París-Dakar, el mundo se quedó sin habla. No eran las complicadas condiciones que por aquel entonces caracterizaban la competición de entre dura y muy dura, si no la forma de defender el liderazgo frente a una legión de máquinas off road muy superiores. Y todo a bordo de un austero Renault 20 modificado para comportarse como todo un 4×4. En efecto: el coche que un día fue el buque insignia de Renault.

Aunque los dos hermanos galos, Claude y Bernard Marreau, ya se habían curtido dentro de las carreras de resistencia off road que se celebraban a lo largo de Sudáfrica, la insistencia a través de los escasos medios que la pareja ponía sobre el escenario, terminó por dar resultados. Fue un esfuerzo mayor que cualquiera de los demás participantes, y además, hubo que compaginarlo milimétricamente con la mejor de las pericias.


Los hermanos Marreau ya habían intentado hacerse con el título en dos ocasiones abordo un Renault 4 Sinpar 4×4.


R20_DAKAR_27-1024x768Claude y Bernard Marreau ya habían hecho un intento por conquistar el Dakar en 1979, e inmediatamente un segundo en 1980. Entonces, iban a bordo de un Renault 4 dotado de transmisión Sinpar 4×4 sellado con el número 131. En aquella ocasión, el frugal Renault 4L quedó en 5º posición, ascendiendo al 3º puesto durante el siguiente evento. Fue toda una proeza conseguir un tercer puesto con un vehículo como el Renault 4, teniendo en cuenta que, su tecnología, aún estaba a años de distancia de las bestias con las que Peugeot subyugó la competición a finales de los 80.

Hacer frente a las imposibles condiciones del desierto, era cuanto menos una tarea elogiable, pero hacerlo a bordo de un simple Renault 4, era lo más. Y si con todo, consigues un tercer puesto, lo mínimo es añadir aquella gesta a los libros de historia de la competición. Y así he querido relatarlo hoy. Por otro lado, tampoco vamos a quitarle mérito al pequeño cuatro latas, ya que este, también hacía gala de cierta pericia escondiendo bajo el capó un motor de Renault 5 Alpine Grupo 2 con 137 cv de potencia. Si a eso le sumamos el escaso peso del pequeño, en cierto modo se equilibra la balanza.

autowp.ru_renault_20_turbo_4x4_paris-dakar_2Es en el año 81 cuando la compañía del rombo toma uno de los vehículos más robustos que oferta su gama, y sugiere a los Marrieu que desafíen una vez más al implacable desierto. El protagonista en cuestión, era un Renault 20 que les fue entregado por la régie con la carrocería completamente desnuda. Debía ser intervenido consecuentemente, para poder afrontar de la forma más diestra los sinuosos obstáculos del desierto. Soldadura tras soldadura, recortes y refuerzos, el proyecto comenzaba a tomar forma. La parte posterior, heredaba el eje rígido de la Renault Trafic tras ser el firme de esta misma fusionado con la carrocería del Renault 20.


No era una toma de admisión snorkel, era el sistema de escape: salía a través de un orificio en la parte superior izquierda del capó, para deslizarse hacia el techo a través de su parabrisas cual reptil.


Mecánicamente, para hablarle de tú a tú al desierto, es imprescindible asociarse con una nueva transmisión integral, la cual, también entró en consonancia con su caja de cambios. ¿Pero qué había bajo el capó del veinte, teniendo en cuenta aquel incremento de peso? Un Renault 18 Turbo se desprendió de su mecánica, para obsequiar al 20 del París-Dakar con su 1.565 cm³ Turbo de 125 cv. Aunque para el gran evento el equipo se encargó de llevar el motor hasta los 133 cv.

COJ19823010202Ver humear al robusto Renault 20 entre las implacables dunas del Paris-Dakar, debió ser Una experiencia de lujo. Los hermanos galos lucharon con uñas y dientes frente a los infatigables Lada Niva o a los titánicos Mercedes-Benz 280 GE, vehículos que ya de fábrica contenían pura genética 4×4. Si a eso le sumamos el protocolo de acondicionamiento al que se sometían todos los vehículos participantes, el Renault 20 estaba en una clara desventaja tecnológica. Con todo, el trío francés conquistó el desierto con lo mínimo y por eso, su victoria está adornada con cierto éxito extra.

Para la temporada 83 el dúo campeón, siempre ligado a la marca del rombo, volvía a intentar repetir su hazaña a bordo de un Renault 18 Break 4×4. En aquella ocasión la fortuna y el talento bendijeron a Jacky Ickx, a Claude Brasseur y a su Mercedes, dejando al Renault 18 en quinto puesto.

 

Fuente: boitierrouge

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