Cuando Mercedes-Benz decidía encargar una culata de 16 válvulas a la compañía inglesa Cosworth, las primeras intenciones solo estaban puestas en la competición. El resultado fue tan satisfactorio que, en lugar de limitar el producto a las 2.000 unidades previstas para la competición, Mercedes decidió incorporar la culata a todos los 190 de producción. Lo que venían siendo unas 5.000 unidades anuales. Cosworth fundía las culatas en Worcester, las mecanizaba en Wellingorough, y una vez montadas eran enviadas a Alemania. A pesar de los numerosos procesos y su complejidad, era un negocio muy rentable para ambas compañías.
Aunque se tiene la creencia de que Cosworth intervino en el desarrollo general del 190E 2.3 16V, a excepción de la culata, el resto del conjunto es un producto puramente alemán.