La clara influencia aeronáutica de Saab en sus vehículos, se subrayaba aún más a la hora de acceder a sus interiores. El puesto de mando orientado hacia el conductor y muchas de sus formas y disposiciones, hacían únicos a los vehículos de la ya extinta marca sueca. En algunos modelos del fabricante sueco, para introducir la llave y dar el contacto había que buscar en la parte central, entre la palanca de cambios y el freno de mano. Una vez parado el vehículo, era necesario engranar la marcha atrás para poder sacar la propia llave, en un intento por hacer apología de las buenas costumbres.