Con tan solo 20 años de edad, Kurt Gutmann cimentaba su primer taller para llevar a cabo un ambicioso sueño y convertirse en uno de los mejores preparadores de coches del mundo. Desde que tuvo uso de razón, Gutmann siempre tuvo especial predilección por las carreras, una pasión que le llevó a participar a una temprana edad en modelos tan célebres como el Volkswagen Escarabajo o el Porsche 911. Años después, un Talbot Horizon previamente modificado por el preparador alemán, lograba un tercer puesto en el Campeonato Europeo de Montaña. Cuando en 1982 Talbot comenzó a formar en las filas de Peugeot, por mediación de aquel nexo, Gutmann adquirió el papel de preparador de la marca del león.
Si hacemos un posterior repaso por la trayectoria del preparador, ésta se ve fuertemente definida por la amplitud de proyectos en torno al 205. Pero eso no significaba que el preparador no se atreviese a lidiar con modelos de corte más burgués. En 1991, sobre la base del Peugeot 605 SR V6, se diseñó un kit deportivo que llevaba a la gran berlina a un nuevo nivel; un grado que entonces para vislumbrarlo, se debía acudir a los albores de la Autobahn. Se le conoció como Peugeot 605 SR Royal Look.
Las siglas SR del 605 3.0 hacían referencia a la versión de acceso al motor V6. Por encima se encontraba el SV, más lujoso, con una equipación cargada de extras y un motor que se jactaba de 24 válvulas y 30 cv extra.
El Peugeot 605 SR llegaba armado con el ZPJ V6 de 3,0 litros, que transmitía al asfalto mediante el tren delantero hasta 170 cv de potencia de la época. El conjunto se nutría gracias a un sistema de inyección multipunto con un encendido integral, gentileza de Siemens BENDIX. Por entonces, el modelo ya incorporaba convertidor catalítico y además de su cambio manual de 5 relaciones, en opción, Peugeot ofrecía una caja automática ZF 4HP18 de 4 velocidades.
Gutmman intervino el bastidor del 605 sustituyendo la flácida y aburguesada suspensión de fábrica, en aras de un conjunto Eibach que rebajaba la carrocería un total de 30 mm. Denominado como Royal Look, el kit aerodinámico que revestía a este imperioso sedan, sin duda fue un gran acierto que, irónicamente, no gozó del éxito esperado dentro de las fronteras alemanas.
Discreto pero dinámico, el nuevo paragolpes, más bajo y más agresivo, alojaba un cuádruple juego de luces antiniebla, aunque la unidad que vemos en este artículo incorpora un faldón diferente, de origen Musketier. La prominencia de los faldones laterales se hace notar, y aunque su zaga parece convocar a la serenidad, olvidamos tal supuesto al percatarnos del refinado alerón que reposa sobre el baúl trasero, así como la doble salida de escape que sobresale en el lado izquierdo. También estrenaba calzado nuevo, y las exclusivas llantas de Guntmann, hacían buenas migas con unas cubiertas FULDA de 225/50 R16. El modelo original traía las inscripciones del neumático tatuadas en color blanco.
Gutmann intervino diferentes modelos de Peugeot, el más reconocido es el 205i 16v o los 405 Mi16, en los que incluso trabajó sobre la versión break.
Para que quedara patente su progenie, la preparación se ilustró con la firma de Gutmann en sendas aletas delanteras y el interior, destacando un fino volante de madera con el que los franceses terminaron de aderezar esta fiesta de sensaciones.
El Peugeot 605 ya golpeó el mercado con su gran versatilidad, su confort de marcha y un holgado abanico de posibilidades mecánicas. Entonces, ¿por qué no hacerle un pequeño homenaje con un traje de gala? Sin duda, encontrarnos en la actualidad con historias como esta, nos recuerda el porqué crecimos tan obsesionados con los coches.
Fotografías: Garage24