Por Héctor Shavershian.
No lo verás circular por las calles ya que es único en su especie. En apariencia, este Mercedes-Benz W140 no parece mostrarnos nada singular, a excepción de sus llantas Styling III, procedentes de un modelo CLS bastante más actual. Pero cuidado, tras esas enormes ruedas también se pueden distinguir unas pinzas de freno que lucen con un intenso color naranja. ¡Ah! ¡Casi se me olvidaba! En su maletero, podemos leer un peculiar anagrama que nos dice: KO 860. Sin necesidad de excentricidades, nos sorprende la castidad con la que han mantenido esa elegante carrocería de los años 90. Un gran acierto, ya que bajo esta condición estética y lo que esconde bajo su capó, podríamos etiquetar a este elegante tanque negro como el sleeper perfecto. Fabricado en Hungría bajo el mando de KO Motors, esta bestia mestiza sobrepasa los límites del entendimiento. Quédate conmigo y presta atención.
“Queríamos mostrar que este coche es diferente al resto de W140” Así explicaban el concepto de este proyecto la gente de KO Motors, tras el encargo de un adinerado contratista para desarrollar el W140 más bestia que ha existido. El cliente dio especificaciones claras y concisas. Quería un W140 especial, pero que mantuviese un aspecto discreto que no delatara lo que escondía en sus entrañas. Uno de los puntos con más discrepancia llegó en el momento de regular la altura de la suspensión y en el momento de elegir sus llantas. Al final optamos por mantener un nivel mínimo de seguridad, explicaban desde KO Motorsport.
Bajo el elegante traje de este W140 se oculta el potencial del Mercedes CL65 AMG con código C215.
Aunque parezca una tarea fácil, durante el desarrollo del proyecto se fusionó un coupé de lujo con la cáscara de una limusina clásica, y con coupé de lujo me refiero al Mercedes CL65 AMG, código interno C215. Un coche ya de por sí difícil de olvidar. El problema estaba en conseguir cierta homogeneidad en aquella mezcla, teniendo en cuenta las diferentes filosofías de diseño que hay entre ambas generaciones. Diferencias que condicionan tanto a espacios, como a tecnología.
¿Que hay de ese equipo de frenos que tanto se empeña en destacar? Lógicamente, ninguno de los modelos de llantas que ofrecía el catálogo original del W140, permitía alojar los enormes discos Brembo con pinzas de ocho pistones, por lo que se tuvo que recurrir a un modelo bastante posterior de 19 pulgadas. Para vestir las enormes llantas se optó por unos neumáticos Pirelli, de 245/35 para el eje delantero y de 275/45 para el trasero. Dada la cantidad de par de esta mole y a pesar de la generosa anchura de los neumáticos, los preparadores nos aseguran que el juego de neumáticos no suele soportar los 10.000 Km.
La electrónica fue un auténtico rompecabezas. Como donante, el enorme coupé teutón al ser un coche de la era moderna, incorpora un sistema bus CAN en el que toda la información se transmite mediante cables binarios hasta las diferentes unidades de control – SAM. Una vez en se encuentran los datos en circulación, cada una de las unidades toma la información pertinente. Por otro lado, el veterano W140 ya era un coche dotado con cierto nivel de electrónica y algunas de sus secciones también iban gestionadas a través de bus CAN, pero la mayor parte de su red se alimentaba a través de una masa de cables gruesos. La mezcla de los viejos y de los nuevos sistemas CAN, más el cableado tradicional del W140, fue sin duda la peor fase del proyecto.
Otra de las pruebas del espacio temporal que estaban sufriendo los especialistas para unificar aquellas dos barcazas, fue la sustitución de la vetusta dirección por recirculación de bolas, para instalar una nueva de cremallera. En cada paso, en cada sustitución, siempre estaba presente el factor de transmutación clásico/vanguardia. Todo el sistema donante iba servido con ESP y demás sutilezas con las que en los tiempos del W140, los ingenieros solo podían soñar.
A través de la nueva electrónica hubo que armonizar las mediciones de ambos paneles de instrumentación, el aire acondicionado o el accionamiento de algunos sistemas como el ESP.
Ha quedado claro que unir dos tecnologías V12 con una diferencia tecnológica de más de 20 años entre sí, es una tarea muy peliaguda. Llegados a este punto, es conveniente recordar los dos turbocompresores que el KO 860 soporta sobre su motor V12. Esta unidad en particular es más potente que el propio AMG, las versiones Brabus, Lorinser o que las de cualquier otro preparador que se ofrezca a manipular el mismo hardware. El proyecto resultó nada menos que en 857 cv y un par máximo de 1190 Nm. Lo sé, son números realmente bestiales. ¿Quien se imagina ese potencial dentro de una berlina entrada en años y sumamente discreta?
El KO860 tiene dos sistemas de escape independientes, uno para cada bancada de cilindros como acostumbran a articular los motores en V procedentes de Mercedes-Benz.
Uno se puede imaginar las complicaciones que se tienen cuando se trata de controlar y distribuir correctamente todo ese potencial al eje trasero. El preparador aseguró que una mecánica de este nivel posibilitaba alcanzar la quimérica cifra de 1500 cv de potencia, pero teóricamente, sería imposible dominar tal ejercito de caballos sobre el chasis del W140 y los neumáticos se derretirían durante un parpadeo, nos explican.
Su sistema de escape artesanal mantiene el esquema original con dos salidas independientes, (una para cada bancada de cilindros) que en este caso, se fusionan antes de llegar a los dos silenciadores en la parte trasera. En esta unión, el preparador ha incluido una válvula de vacío y una tercera salida central exenta de silenciador. Al aperturarse dicha válvula se desata lo que podría ser la tormenta perfecta.
Doce personas trabajaron durante nueve meses y medio para forjar todo el esquema del KO 860. Hubo un especialista encargado de los interiores, sustituyendo los asientos por unos más ergonómicos y con una sujeción más acorde con las nuevas prestaciones de la bestia. Un trabajo muy fino que por su puesto, se llevó a cabo sin romper con los tradicionales interiores del coche. Hubo otra persona encargada de su mecánica, siendo fundamental la participación de empresas especializadas que procuraban interruptores específicos. No podemos olvidar a los gurús que afinaron la suspensión y la tediosa electrónica, todo ello en el tiempo que dura un embarazo.
A día de hoy, el Mercedes W140 quizás sea una de las berlinas más despreciadas de aquella carismática gama de entonces, pero sin duda esta unidad no ha dejado indiferente a nadie. En los vastos terrenos de Internet podemos encontrar gran cantidad de material gráfico sobre este mastodonte desbocado y apuesto a que después de ver esto, os daréis un pequeño paseo por los clasificados para curiosear los precios con los que actualmente se tasan los W140.
Vía: Totalcar.hu