Se manifestó quizás como el deseo o la inquietud de regresar a una extinta DTM. Adán, como único sustituto natural del lírico 155 V6 TI ITC, fue engendrado por el ex propietario del equipo de carreras de Fórmula 1 Coloni Racing Car Systems. Y es que parece ser que en torno al Grupo Fiat todas las cosas maravillosas suelen ir ligadas al nombre de Enzo. Años después de que en 1987 Enzo Coloni se sumergiese con su equipo en la máxima categoría de los monoplazas, quiso materializar en parte, la pretérita abstracción que Bernie Ecclestone derramó sobre su brutal creación: el 164 Procar de 1986. No sería el primero ni el último que quiso trasladar nociones distantes a un presente vanguardista.
Ves la imagen y lo piensas, pero no. No es un slot a escala, si no el rebautizado Alfa Romeo 156 Coloni S1. Brutal, picante y muy sencillo de desnudar, el chasis monocasco de fibra de vidrio alojaba el propulsor en posición central, reubicando el puesto del conductor hacia el propio núcleo del conjunto. Aquel fue quizás un crédito que evocó del McLaren F1 o directamente de un monoplaza de F1. El inseparable Busso de 3.0 litros permanecía de forma vitalicia en los modelos más simbólicos del Biscione, en este caso para ofrecer sin esfuerzo alguno 380 cv, pudiendo acariciar la línea de los 500 cv sin mayores problemas. Pero ya se sabe; las normas son las normas. Aún así era capaz de marcarse un 0 a 200Km/h en 9 segundos, rodando a una punta tope de 340 Km/h. Y ahora es cuando sí empezamos a tratar cifras concernientes a todo un Grupo C.
Peso superpluma: Una vez terminado el conjunto, sobre la báscula no concedía más de 900Kg. Una de las mejores cifras que rondaron los Grupo B de motor más generoso.
Su potencia dividida en cuatro, se gestionaba mediante una caja de cambios secuencial Hewland/Coloni de 6 relaciones, frenaba sus 900 Kg mediante un equipo de frenos de carbono manufacturado por Brembo y se contorneaba a través de las imperfecciones de la pista gracias a un sistema de suspensiones pilotadas de Eibach. Con un calzado de doble medida, fabricado en magnesio y con etiqueta OZ, las 18 pulgadas se erigían con 9.5″ para la parte delantera y de 11.5″ para la trasera. Como venía ya siendo un hábito, las partes comprometidas con la carga aerodinámica eran ajustables, como el alerón o el difusor trasero, pero al final el verdadero lastre de este conglomerado que parecía exhibirse casi perfecto, era su coste de producción, superando los 300.000 euros. Otro dato que una vez más podría sumergirnos en la categoría de los Grupo C. Insostenible. Eso y otros elementos burocráticos hicieron que este fenómeno italiano únicamente se quedara en un prototipo. Una vez más, qué se le va a hacer..
Imágenes de: classic-trader.