Hoy retrocedemos hasta el comienzo de los trascendentes años 80, época que coincide con la iniciación del equipo australiano JPS Team BMW en el Grupo C. Seguramente muchos de vosotros recordaréis aquellos imponentes coupés negros y dorados, más en concreto el BMW 635 CSi pilotado por el gran Jim Richards, un modelo que conseguía despuntar en un ambiente de supercoches impulsados por grandes V8. No solo fueron sus capacidades sobre la pista, el pura sangre bávaro equipaba un innovador sistema de retransmisión por tv, basado en una estructura experimental que atravesaba su techo imitando a un periscopio. Aquel experimento le otorgaba al e24 un lugar especial en la memoria del espectador.
Viajamos hasta el circuito de Mount Panorama, Australia. En este autódromo se celebran los 1000 Km de Bathurst, un evento de resistencia cuyas parrillas suelen estar protagonizadas en su gran mayoría por los titánicos V8 Supercars. Es un episodio deportivo que desprende adrenalina por los cuatro costados, y precisamente para la cita de 1983 se estrenaba el nuevo sistema de grabación con el que fue dotado el BMW 635 CSi de Jim Richards. Las raíces de aquella técnica se anclaban donde se ubicaba el asiento del copiloto, para erigirse verticalmente por un agujero en el techo que le permitía gravar 360 grados en el exterior, sin ningún obstáculo que estorbase a los expectantes petrolheads que se encontraban en los sofás de sus casas.
Aquel experimento hechizó la unidad de Richards con un carisma especial. Hace apenas un año fue restaurada y puesta en perfecto estado funcionamiento.
El destino es caprichoso, e irónicamente el gran toro bávaro tuvo que retirarse de la carrera de forma prematura, lo que solo permitió a los espectadores disfrutar del sistema de cámaras durante un reducido espacio de tiempo. No en balde, aquel ensayo tecnológico convirtió al negro e24 en una unidad única para el recuerdo, y lo suficientemente codiciada para que alguien con medios le devolviese a la vida.
Hace a penas un año, Pete Sturgeon, un coleccionista de Nueva Zelanda, restauraba tanto la estética como la mecánica completa de este pura sangre alemán. Lo más difícil, y que Sturgeon aún no había decidido, era el sistema de grabación con el que iba a dotar a su leyenda sobre ruedas. “La misión es dejarlo completamente original, y ello implica dotarlo con aquel revulsivo periscopio” Desde luego, no cabe ninguna duda de que la unidad perteneciente a la colección de Pete es la original, ya que después de 30 años aún conserva el agujero del techo que permitía a la cámara grabar desde el exterior del vehículo. Manteniendo aún aquellas reformas, Pete tiene parte de las obras concluidas.
A pesar de que su éxito inicial no pudo consagrarse entre una jauría de Ford y Holden con enormes V8, aquella divinidad negra y con decoraciones doradas enamoraba a los corazones de toda la grada.
Lo más sorprendente en cuanto a esta restauración, es que al adquirir el flamante e24 negro y dorado, este mantenía las modestas especificaciones ajustadas al Grupo A. Sería el propio Jim Richards y otras celebridades de los circuitos como Frank Gardner, quienes convencerían a su nuevo dueño para que transformase al 635 CSi en una auténtica bestia acorazada con el traje del Grupo C. ¿Se necesita algo más que la palabra de una celebridad del motor para convencernos de algo? El resultado da escalofríos.
Tras 18 meses de duro trabajo el aspecto de esta máquina es realmente admirable. “No hay nada mejor que escuchar su 6 cilindros en línea a 8.000 vueltas. Es algo que todo petrolhead debe hacer alguna vez en la vida” Declaraba el coleccionista neozelandés.
El propio Jim Richards rebosaba de emoción al volver a ocupar la cabina de su antiguo pura sangre alemán. “Estoy realmente contento por haber persuadido a Pete para que transformara el e24 a las reglamentaciones del Grupo C, ya que eran unas especificaciones bastante más liberales que las del Grupo A de entonces. El motor es capaz de girar hasta 8.400 vueltas, y su sonido es glorioso a pesar de incorporar silenciador” Declaraba Jim Richards.
Imágenes vía: supercars.com