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Peugeot 607 Pescarolo Concept. Erase una vez un francés que quiso conquistar la Autobahn.

written by Héctor Jáñez 13 julio, 2017
Peugeot 607 Pescarolo Concept. Erase una vez un francés que quiso conquistar la Autobahn.

Por Héctor Shavershian.

Completamente tapizado en cuero burdeos y muy ancho de “espaldas” aparecía en el Salón de París de 2002 el buque insignia del Grupo PSA. Le habían agenciado un nuevo apellido, presumía de un generoso calzado y lo mejor de todo, su potencia se había multiplicado. El Peugeot 607 era una corpulenta berlina que representaba el único segmento E de la corporación francesa, lo que nadie se esperaba por aquel entonces es que sin estar vinculado a las frecuentes tradiciones teutonas, el concepto de un coche como este se radicalizara hasta aquel extremo.

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A comienzos de siglo, el éxito del Grupo PSA se veía reflejado en el parné que tan bien alimentaba a sus fondos. La económica y vasta variedad de la que gozaba su catálogo, le permitió catapultar las ventas de sus compactos y utilitarios estrella. Todo esto facilitaba una mejora de inversión para los departamentos de Investigación, desarrollo e innovación, (más conocidos por I+D+i)  lo que se tradujo en la producción de hasta 5 concept cars a lo largo de ese año. Sin duda, uno de los más destacados fue el Peugeot 607 Pescarolo.

Sus llantas de 19 pulgadas, una carrocería más ancha y los dos tubos de escape de su zaga, rápidamente delataban al Pescarolo entre los 607 comunes.

Muchos afirman que esta berlina evolucionó con la aspiración de posicionarse junto al M5, sin embargo, yo creo que su concepto era más bien distinto. El Pescarolo Concept era una lujosa berlina gala que abogaba principalmente por la comodidad y el lujo, y por supuesto, por un potencial mecánico considerable que le permitiera rodar de forma diligente y segura. Sin embargo, sus tendencias deportivas no afloraban con tanta vehemencia, es más, no imagino a este elegante sedan emulando las vertientes de un e60 V10..

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Su excéntrico apellido venía dado como homenaje a Henri-Jacques Williams Pescarolo, alias Henri Pescarolo, un piloto francés cuya escudería, Pescarolo Sport, se dedicaba a competir en las carreras de resistencia. La escudería del legendario piloto escogió la tecnología de la marca del león para impulsar al Courage C60, uno de los monoplazas que alcanzó cierto éxito en la categoría LPM1 de Le Mans. Se mejoró y sobrealimentó el motor estrella de Peugeot, el V6 ESL que en su día fue co-desarrollado por el grupo PSA en colaboración con Renault para sustituir al longevo PRV. Un motor que en su día supuso el máximo estandarte, tanto de PSA como de Renault.

El principal problema era que su tren delantero era insuficiente para digerir los 400 cv de potencia.

A pesar de que el Courage C60 también pudo probar suerte con otras mecánicas, como los motores Judd V10, fue el V6 de germen fránces el que consiguió coronar en competición. La euforia por los éxitos logrados invadió a Peugeot, y que mejor forma de manifestarla que fabricando un prototipo con el apellido del legendario piloto gálo. Esta vez fue el Courage C60 quien tuvo que ceder su mecánica a una berlina de Peugeot, manteniendo incluso la admisión de este adaptada al motor. Esto provocó que hubiese que modificar su frontal. El V6 incrementaba ligeramente su cilindrada hasta los 3,2 litros y presumía de un sistema Twin Turbo con dos turbocompresores gemelos, uno para cada bancada.

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Con un desarrollo final de 400 cv, los ingenieros de PSA no se exprimieron demasiado los sesos en cuanto a transmisiones. Todos y cada uno de los caballos resultantes pasaban directamente al tren delantero mediante una caja secuencial de 6 relaciones. A pesar de su potencial y de su condición de tracción delantera, la berlina era perfectamente cómoda y funcional a la hora de darle un uso normal. El frontal mutó para lucir unas entradas de mayores dimensiones debido a la adaptación de la admisión del Courage C60 y su carrocería se ensancho en 25 mm para que sus enormes llantas de 19″ con neumáticos deportivos tuvieran cabida.

En competición, Henri Pescarolo estuvo fuertemente ligado a Peugeot. En 2009 la marca puso uno de sus 908 en manos del piloto gálo.

Las prestaciones que declaraba Peugeot eran bestiales. Lograba llegar a los 100 Km/h en tan sólo 5 segundos y la aguja de su marcador no dejaba de moverse hasta llegar a los 290 Km/h. A pesar de no presumir de enormes paragolpes con splitters, tomas de aire o alerones, su interior se ajustaba al de las berlinas de más alto standing. El cuero burdeos predominaba en el interior y se conjuntaba con una gran variedad de aluminio y matices deportivos, como el fondo de sus esferas en color blanco. Sus asientos eran específicos, más adecuados a las prestaciones del coche.

Al final, esta peculiar berlina se quedo en un simple sueño de verano con el que los de Peugeot vaticinaron que era inviable competir con el segmento de los BMW M5 y compañía. El Peugeot 607 volvió a la realidad y se conformó con su V6 de 3,0 litros y 211 cv, un propulsor más que considerable. Con todas, Peugeot nos hizo soñar, aunque fuese brevemente, que podían abrirse otros caminos más allá de la serenidad con sus enormes berlinas.

 

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