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La redención del Ford Mustang Saleen RRR GT2 se dio en España.

written by Héctor Jáñez 9 marzo, 2018
La redención del Ford Mustang Saleen RRR GT2 se dio en España.

Desde 12 Cilindros hemos viajado a Francia para hacer memoria de alguna que otra fastuosa cita de Le Mans. También hemos disfrutado de Norteamérica y su vasta cultura automovilística haciendo breves paréntesis por la IMSA, y hace apenas unas horas, estuvimos en Oceanía haciendo vanagloria de las apoteósicas parrillas de la ATCC. Con pasaporte en mano, una vez más desembarcamos en territorio nacional para retomar nuestras andanzas por los Campeonatos de GT del siglo pasado, que dicho sea de paso, son los mejores. Y pido disculpas por ciertos arrebatos que me puedan arrastrar al descuido de la objetividad, pero como ya somos unos cuantos lectores y nos conocemos, el que está aquí es porque sabe como pienso y lo comparte.

Hoy, nuestro calendario se ha detenido en 1999, año donde en la cita española del Campeonato de GT Carlos Palau consiguió importar un estridente Mustang Saleen manufacturado en su tierra natal. Los artífices no fue otro que el preparador por excelencia de los álter ego de Ford: los Mustang. Steve Mark Saleen en consonancia con su socio, el actor y comediante Tim Allen, dotaron y certificaron aquel SN95 entrado en España. Fue un modelo a destacar por su controvertido paso por la marca, estando este influenciado por una definida tendencia oriental y para más inri, por seguir utilizando la plataforma de los desafortunados Fox Body.

0411mm_years_14_zCon todos sus demonios, este SN95 era un coche de carreras, y a decir verdad terminó por ser bastante bueno. Vale que en los previos Campeonatos de GT pasara prácticamente inadvertido, y dispuestos a hacer sangre, también fracasó en Le Mans durante cursos pasados, pero también es una verdad como un templo que cuando el Mustang fue enviado a Inglaterra para ser operado por Cirtek, el caballo regresó mucho más bravío de lo imaginado.

En lo concerniente a equipación, sus rasgos nativos eran cómodamente tangibles, más aún siendo de raíz estadounidense; cultura automovilística de fuerte pronunciación. Bloque V8 de 5,6 litros, —que posteriormente ascendió a 6.0— jaula antivuelco con estructura multitubular, músculo puro traducido en par y caballos, muchos caballos.


La cuarta generación del Mustang de carreras estaba armada con un macizo V8 derivado de la serie FE, un diferencial Salisbury, una caja de cambios secuencial Xtrac de seis relaciones, un embrague Tilton de carbono y una carrocería completa de carbono.


ch0911-116024_4En Inglaterra pusieron un nuevo orden sobre su kit aerodinámico y emparentaron al 6.0 litros con una nueva transmisión secuencial Xtrac, a la par que elementos del bastidor como la suspensión, se beneficiaban de las últimas enmiendas británicas. Cabe destacar que tras su desembarque en la península, con motivo de apuntalar garantías, el Mustang fue desnudado al completo para ser revestido de nuevo tras superar el examen de confiabilidad. La operación reveló que el modelo equipaba dos tipos de tornillería diferentes según las estandarizaciones entre continentes. Los de paso métrico y los de rosca sellers o nacional americana.

Finiquitado el protocolo y enfrentado a los demás GT2, aquel Mustang presumía de una fiabilidad y de un rendimiento sin precedentes en la categoría. No es de exagerar cuando os digo que incluso pudo hacerse con el título absoluto de no ser por una serie de sucesos puntuales. No pudo ser. En Jerez el caballo adoleció de ciertos problemas eléctricos, mientras que en Vila do Conde el motor dijo basta con una inopinada rotura. El episodio determinante se daba en el Jarama con una salida de pista que truncaba toda posibilidad de coronación.

ca24693cceb05a86c8ce2d6a89981ea2--ford-mustang-saleen-ford-mustangsYa en el ocaso, el amargor de la insuficiencia para coronarse dejó de importar. Había sido una gran temporada para el Mustang: superó con creces todas las expectativas y las había adornado mitigando todo el escepticismo que le venía acusando durante toda su carrera. En la ultima cita de la temporada el Mustang —sí, aquel desestimado SN95— se hizo con el título de GT2. Había batido a los Lister Storm, a los brutales Viper, al Marcos Mantara LM600 y a unos Porsche 911 que probablemente estuvieran ante una de las peores actuaciones de su carrera.

Fue un gran recorrido el inscrito por Carlos Palau, decorado por un buen puñado de poles, cuatro victorias absolutas y tres ocasiones ocupando el segundo puesto. Pero también supuso la redención del ‘patito feo’ de los Mustang. Al menos fuera de sus fronteras.

 

Fuente: Guía del Campeonato de GT de 1999, mecum.com

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