Home Competición La conquista del Pikes Peak por Per Eklund y su Saab 9-3. ¡The Swedish Power!

La conquista del Pikes Peak por Per Eklund y su Saab 9-3. ¡The Swedish Power!

written by Héctor Jáñez 7 febrero, 2018
La conquista del Pikes Peak por Per Eklund y su Saab 9-3. ¡The Swedish Power!

La carrera hacia las nubes, mundialmente como la Pikes Peak International Hill Climb, es otro de los exitosos acontecimientos automovilísticos de los últimos tiempos. ¿Quien no conoce el Climb Dance de Ari Vatanen o alguna vez no se pasó las tardes enteras intentando dominar el Suzuki Escudo en la primera entrega del Gran Turismo? Estos fragmentos son solo pequeños granos de arena en lo que hoy día constituye la historia de la gran colina. Para comprender su origen es necesario viajar en el tiempo hasta los albores del siglo XX, escasos años antes del gran estallido de la Segunda Guerra Mundial. El nombre era Spencer Penrose, un adinerado empresario que había promovido la ampliación de una carretera que evitase el peligroso estrecho de Pikes Peak Carriage Road, activo desde el siglo XIX. La fortuna del empresario le había permitido involucrarse plenamente en aquel proyecto, asumiendo incluso importantes riesgos financieros que materializaran su visión personal de una nueva carretera de peaje. Lo que nadie se imaginaba, es que la promoción de su obra terminase derivando en carreras de coches. Fue así como en 1916 se inauguraba esa prueba mundialmente conocida por la carrera hacia las nubes.

De regreso al mundo contemporáneo, (más o menos) retomamos esta historia con nuestro protagonista principal, Per Eklund. Este piloto sueco quizás a día de hoy no tenga un reconocimiento de la talla de Juha Kankkunen o de Didier Auriol, pero la suya fue una carrera intensa y plagada de unos logros muy a tener en cuenta. Había corrido con numerosas marcas, pero fue Saab su predilecta para lograr gestas como un cuarto puesto a bordo de un 99 Turbo en el rallye de Suecia de 1982. Entonces corría en un equipo privado y con su humilde Saab había derrotado sobre la nieve a un puñado de coches equipados con tracción integral.

eklund_3_pikes_peakTras su etapa en los rallyes, Per Eklund descubrió lo que parecía ser su auténtica vocación en la disciplina de los rallycross. En aquella época —ahora estamos en 1971— el rallycross era un deporte relativamente novicio, pero que ya imantaba mucha dinámica y actividad a sus alrededores. Como buen sueco, Eklund comenzó a competir con un Saab 96 V4 el cual rivalizaba con compañías más experimentadas en los deportes del motor, como Ford o Mini. De aquel modo sus capacidades al volante se fueron ampliando a la vez que se fortalecían los lazos con su compatriota marca. Nacía el Swedish Power.

Irónicamente, a pesar de sus talentos el piloto no comenzó a despuntar hasta 1990, si bien en 1999 rozó el cielo coronándose como campeón de la División 1 europea de Rallycross, ahora reconvertida en lo que todos conocemos como Supercars. Tras una larga temporada en el ERC y tras haber conquistado el título, el piloto comenzó a visionar nuevos horizontes, y uno de los eventos más acordes con su filosofía profesional era el Pikes Peak International Hill Climb.


Durante 41 años Eklund estuvo compitiendo en diferentes disciplinas en las que manejó coches como un Triumph TR7 V8, un MG Metro 6R4, un Toyota Celica 2000GT y algún que otro Porsche preparado.


8dd0fbd225b8b5eefa63efe42a3fdb09Recorrer las famosas laderas de la gran carrera hacia las nubes había sido una de las inquietudes del piloto durante su estancia en los rallycross, y ahora como campeón, y amparado por su estrecha relación con Saab, era el momento de materializar su sueño. Sin un gran currículum que brillase por sus logros profesionales, Saab se encontraba en pleno renacer tras su fusión con el gigante General Motors. La euforia por competir y comenzar a despuntar  profesionalmente era palpable, mientras que los medios económicos habían dejado de ser un problema. Además, involucrar a una compañía recién incorporada en uno de los eventos más destacados del país, era la mejor oportunidad para que GM empezara a promocionar su nueva marca por todo el territorio norteamericano.

Con las intenciones claras y una unidad Saab 9-3 en su poder, Per Eklund se puso manos a la obra para convertir el dinámico y frío acero sueco, en un monstruo que devorase las ardientes laderas de Colorado Springs. Trollspeed fue el preparador elegido, con motivo de su dilatada experiencia con la tecnología de Saab. Algo que no era muy de extrañar teniendo en cuenta que se asentaban en la ciudad natal de la marca, Trollhättan. Todo quedaba en casa.

f5906d8593aef5809be336e7c277f97cEn el apartado mecánico hay mucha tela que cortar, así que lo mejor es empezar por el principio. Lo que primero llama la atención es la situación del propulsor de 2.0 litros Turbo B205R, que abandonó su habitual posición transversal para reubicarse longitudinalmente justo por delante del tren delantero. El cambio venía justificado por la adaptación de un nuevo sistema 4×4 y una búsqueda de entrega total más contundente con respecto a la configuración estándar. Esta práctica también tuvo sus inconvenientes, como por ejemplo el reparto de pesos con el que Audi también tuvo que lidiar cuando adoptó esta misma solución en algunos de sus coches de competicion. El incremento de peso en la parte delantera del vehículo anunciaba sobre las curvas más cerradas una importante tendencia subviradora, que por otro lado, se compensaba con una estricta dieta que dejó al Saab con tan solo 948 kg de peso.


Se erigía sobre un chasis tubular extremadamente ligero, a favor del pronunciado subviraje que provocaba el peso de su motor colgado por delante del eje delantero.


Trollspeed intervino el B205R desde cero, dotándolo de un enorme turbocompresor Garrett, incrementando su cilindrada hasta los 2,3 litros, y unificando todo el grupo propulsor con una transmisión secuencial de 6 relaciones que previamente había desarrollado la gente de Prodrive. Todo para transmitir 750 cv a las cuatro ruedas, junto a un par de 702 Nm a 6.500 rpm. Era el Saab más bestial construido hasta la fecha.

descargaEl ascenso hacia las nubes es una competición emocionante a la vez que peligrosa, por eso la jaula antivuelco montada sobre el chasis tubular del 9-3 era extremadamente resistente. Fue una de las piezas en las que Eklund hizo especial hincapié durante el desarrollo, ya que a pesar de ser un piloto experimentado, teóricamente sobre las peligrosas colinas no dejaba de ser un forastero.

Con toda la incertidumbre, la inexperiencia que conllevaba la primera vez y de toda la falta de tiempo necesaria, el conjunto sueco fue un éxito. Grandes rivales como los Lancia Delta Integrale, los Mitsubishi Lancer Evo VI e incluso los RUF CTR2 Sport, no tuvieron opción contra el frío acero sueco y la experiencia de Per Eklund. En aquel lejano 2001 el piloto sueco no solo se proclamaba campeón de la categoría Open, si no que batió un nuevo récord con un tiempo de 11:21,58, el cual no fue superado hasta el año 2012 cuando el tramo al completo fue asfaltado. Aquel éxito se fue transformando en tenacidad y experiencia sobre las colinas, lo que terminó por llevar al piloto a la Unlimited-class donde Saab fabricaría una bestia de desmedidas proporciones. Con sus particulares aditamentos aerodinámicos y las libertades con las la categoría hacía gala, por segunda vez la gente de Trollspeed hizo lo que mejor sabía hacer. Crearon el Saab 9-3 Viggen Ecopower Pikes Peak. Era un monstruo de 850 cv que quedó para el recuerdo, gracias a la ambición de un “desconocido” piloto sueco. Per Eklund.

 

Fuente: carmrades, saab-club.com

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