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BMW Serie 8. El estilizado GT alemán que se retiró a lo grande #e31

written by Héctor Jáñez 3 abril, 2017
BMW Serie 8. El estilizado GT alemán que se retiró a lo grande #e31

Por Héctor Shavershian.

El carisma con el que se concibió al BMW Serie 8 le permitió sobrevivir cómodamente en el sector de los coupés de prestigio durante toda una década. No obstante, no solo permaneció 10 años en activo para satisfacer a los opulentos y exigentes capitalistas que frecuentaban su segmento, si no que además, resistió a un periodo de importante transición en el parque automovilístico de entonces. Conservar de forma inmutable el éxito recogido a finales de los 80, justo hasta el comienzo del nuevo milenio, solo está al alcance de una unidad dotada de un don especial. Así era el e31.

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Nacido en 1989 como uno de los más grandes coupés teutones, este estilizado conjunto deportivo, fue asociado en exclusiva a motores de 8 y 12 cilindros en V, convirtiéndose en el buque insignia de la marca a la vez que en el deseo de todo fanático de BMW. Presentado durante ese año en el Salón del automóvil de Frankfurt, el denominado e31, fundamentó a base de los avanzados métodos alemanes, su posición en lo más alto de la escala tecnológica de aquel momento.

La primera Serie 6 (e24) sirvió de estudio y ensayo para el desarrollo del chasis y otros elementos dinámicos del Serie 8. 

Este BMW fue uno de los precursores de la tecnología que disfrutamos hoy en día. La incorporación de elementos electrónicos automatizados, y la capacidad de ofrecer a su conductor todo tipo de funciones destinadas al confort, lo convertirían en uno de los pioneros en tecnológica punta. El espejo retrovisor interior con oscurecimiento automático, su columna de dirección con regulación eléctrica, su control de estabilidad con control de tracción incluido o el cierre centralizado automático mediante mando a distancia, eran algunas de las primicias de lujo que se presentaban en el mercado del año 89, y el e31 era su plataforma de presentación. Incluso su volante era ajustable de forma eléctrica, incorporando a su vez función de memoria.

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Después de un exhaustivo estudio de mercado, las formas del GT alemán se combinaron de tal manera, que ni la elegancia, ni la deportividad, destacaban la una por encima de la otra. Enormes dosis de ambas propiedades configuraban las líneas del Serie 8, pero siempre a partes iguales. Era el producto perfecto. Incluso en nuestros días, no ha encontrado un sucesor natural en la actual gama de vehículos bávara. Si bien en 2004 reapareció la Serie 6 como concepto de coupé lujoso de altas prestaciones, pero aún se quedaba a medio camino de la distinción propia de todo un e31. Son innegables los vestigios del M1 en su figura, sobre todo a través de una cintura que adoptaba la habitual forma de cuña que lucían otros modelos de la época, como los e36. La limpieza de un diseño desprovisto de ángulos pronunciados, dejaba fluir a la perfección los nervios horizontales que atravesaban sus costados. Para rematar, el atractivo de los faros escamoteables consumaba un conjunto inmejorable para comenzar la década de los 90.

BMW recorrió más de 8.000 kilómetros en el trazado de Nordschleife hasta poner a punto al e31.

Tras hacer mención a su carisma general y a sus irrepetibles líneas, hay que decir que la auténtica magia del modelo se concentraba en su vano motor. Aparecía en el mercado de un reciente año 90 con una mecánica de 5.0 litros y 12 cilindros en V para enviar 300 cv de potencia máxima al eje trasero. Con un peso final de 1.790 Kg, elongaba un par motor de 450 Nm que colaboraba para un 0 a 100 Km/h en 6,8 segundos. Se ofrecía con transmisión manual de 6 velocidades o una automática de 4. Por desgracia, 5 de cada 6 unidades que se vendieron incorporaban la segunda.

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En 1993 llegó el máximo estandarte del modelo a través de una evolución del motor V12 denominada como S70b56. Ahora el propulsor teutón ofrecía 5.6 litros y 381 cv de potencia para llamarse 850 CSi. El par ascendía a unos escalofriantes 550 Nm, consiguiendo acelerar de 0 a 100 Km/h en menos de 6 segundos. Sí, menos de 6 segundos con un propulsor de aspiración natural. BMW pensó que sería adecuado que el Serie 8 ampliara su público, por eso, durante ese mismo año lanzó una versión de acceso denominada 840 Ci. Montaba un motor V8 de 286 cv y fue sin duda la versión más vendida durante su vida comercial.

La gente de McLaren eligió el motor S70 de BMW para dar vida a uno de los superdeportivos más célebres de la historia, el McLaren F1.

El motor S70 de BMW es considerado como una de las mejores obras de ingeniería del automovilísmo. De hecho, BMW Motorsport trabajó en un prototipo denominado M8, del que además, únicamente se produjo una unidad. Usaba como base el motor V12 y alcanzaba los 550 cv. Nunca se barajó su producción ya que aunque careciese de las siglas de Motorsport, el mismísimo 850 CSi ya era un producto de genes y carácter propio de la división bávara.

 

 

 

 

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