Lo reconozco. Hoy en día charlar sobre camiones de vanguardia, en cierto modo me satisface más que hacerlo sobre el sector de los turismos, donde la electrónica y el hibridísmo han corrompido.. No, perdón; han desvirtuado, la identidad natural del concepto en sí. Por el contrario, los colosos de las carreteras aún prevalecen fieles a sus principios, —sobre todo mecánicos — si bien nos encontramos eventuales versiones propulsadas por GNL (gas natural licuado), el resto, de momento, a los camiones los está dejando en paz.
Los grandes colosos del mercado estadounidense han protagonizado en los últimos meses una evolución que les procura, no solo mejores rendimientos, si no unas dietas de combustible mucho más equilibradas, a costa de factores como las mejoras aerodinámicas. El contraataque de la subsidiaria de AB Volvo ha sido cuanto menos satisfactorio, con un modelo que, tiene una pinta lo suficientemente buena como para aguantar sin recelos el duelo comercial ya establecido.
El nuevo planteamiento de sus formas le ha procurado un buen suavizado de aristas, sin la necesidad de empañar el enérgico e inconfundible estilo americano. En líneas generales es un diseño muy alegre, cuya combinación está perfectamente ejecutada con la tradicional dureza que siempre han trasmitido los modelos de la marca. Tiene mucha capacidad de sugestión, y no solo ha funcionado conmigo, si no que en su patria ya es aclamado como la resurrección de los clásicos colosos.
Es importante hacer hincapié en el estudio de su dinámica y el trabajo realizado sobre la báscula, donde destaca la expulsión del metal en algunas zonas, para reescribir la historia del transporte americano mediante materiales compuestos. No es una tractora más, ahora es más funcional, más ágil y más liviana.
Se ha realizado un importante estudio aerodinámico en el Centro Espacial Kennedy asentado en el estado de Florida.
Las intenciones de Volvo Trucks dentro de los clase 8 son muy claras: además de ampliar horizontes en tanto en Norteamérica como en Canadá, con el nuevo producto bulldog ya han conseguido destacar en el campo aerodinámico, en el espacio ofertado y en una construcción modular que facilita notoriamente la manipulación de la mecánica.
– Una nueva generación de propulsores.
El lanzamiento del nuevo Anthem le coloca como abanderado de la nueva serie de propulsores MP8. Con tres potencias disponibles de 415, 455 y 505 cv, el bloque de 6 cilindros en línea mantiene la línea original de Mack cubicando 13 litros y cuya gestión electrónica, tanto del motor y transmisión, como de algunos componentes periféricos, son de diseño e identidad propia de la compañía norteamericana.
Si la carta de este bulldog no es de tu agrado, en opción se ofrece una gama de propulsores Cummins con potencias referentes a los MP7.
– Interior Premium.
Una imagen vale más que mil palabras. Es la máxima que mejor podría definir el trabajo realizado en un habitáculo que ofrece unos acabados de primer nivel, junto a uno de los mejores puestos de conducción del mercado. El confort de sus ocupantes y la funcionalidad para el día a día, han sido premisas fundamentales para su desarrollo, no faltando la dualidad con tres versiones de cabinas a elegir. La Day Cab corresponde a la versión de acceso, seguida de la Flat To Sleeper y la Stand Up Sleeper posicionada en la cúspide de la gama. En todas ellas, detalles de vanguardia como la iluminación led o un buen puñado de armarios complementarios, están a la orden del día. Si optamos por las versiones más generosas, su TV de 24″ o la posibilidad de optar a un refrigerador y microondas, son entre otros, algunos de los provechos del nuevo bulldog. El momento que todo transportista estadounidense esperaba, ha llegado, y además con mucha energía.