El Ford RS200 es una efigie de la marca que no precisa de presentación alguna, en parte, por el concluyente éxito desatado por el Grupo B, la categoría de rallys por excelencia. Esta maquinaria de alto rendimiento hizo su aparición tarde y mal, ya que no fue hasta febrero de 1986 cuando debutó oficialmente en el Campeonato del Mundo. De hecho, fue el último de los Grupo B en debutar, e irónicamente, el primero que no estaba basado en un modelo de producción ya existente en la firma. A pesar de su discutida presentación, gozó de un debut más que sustancial con un tercer puesto en el Internacional Rally de Suecia. Kalle Grundel y Benny Melander fueron los responsables de catapultar al novicio Grupo B hacia un estreno de ensueño, no precisamente en un escenario fácil.
Inicialmente fue un modelo trazado por Guia, equipado con un chasis tubular diseñado por el ingeniero de Fórmula 1 Tony Southgate, en conjunción con el entonces ingeniero de Ford, John Wheeler.
Es sabido que tras la abolición del Grupo B en 1986, muchas de las unidades que allí participaban emigraron a los Rallycross de la época. El propio Bruno Saby compitió en dicha categoría a bordo de un costoso Lancia Delta S4. Algo menos explorado que los rallys en nuestro país fue la IMSA GTO, y menos aún lo fue un Ford RS200 adaptado para correr en dicha disciplina.
Ya en 1988, la IMSA, una competición para vehículos GT y Sport prototipos, había comenzado a tomar cierto protagonismo al otro lado del charco. Fue en el 89 cuando Marco Polo Motorsport y Jeff Elghanayan deciden importar una de las escasas unidades del Ford RS200 para adaptarlo y competir en la IMSA, concretamente en la categoría GTO. Tras una serie de adaptaciones, el coche estaba listo para debutar en San Antonio, Texas. En principio sería un día como cualquier otro, pero sin saberlo, Elghanayan había escogido la peor fecha para hacer debutar a su nueva montura.
Si analizamos su efímera carrera, el Ford RS200 ha sido uno de los coches de carreras en los que más desgracias ha estado involucrado.
Ya durante el comienzo del evento, la temperatura tejana tuvo unas cotas elevadísimas, y a pesar de que se trataba de un evento de poco más de una hora en total, las condiciones en la cabina de los vehículos llegaban al extremo. Elghanayan rodaba decimotercero en la clasificación general y séptimo en la categoría GTO cuando decide hacer un pit stop. Tras recibir el pertinente servicio, el piloto se dispone a incorporarse a la carrera cuando surge algo inesperado. Una vez alcanzado el final del pit lane, el Ford RS200 impacta violentamente contra el propio muro que delimitaba la zona de boxes, saliendo despedido hacia la pista y provocando in situ la bandera amarilla y la intervención del safety car. Se dice que el piloto sufrió un leve desvanecimiento debido a las elevadas temperaturas, y a pesar de salir prácticamente ileso del accidente, Elghanayan decidió no volver a correr en la IMSA.
Marco Polo Motorsport restauró la unidad y a la postre, fue utilizada en tan solo dos eventos. El primero, el Road America 300 de 1990, con Joe Vardi como piloto, y el segundo, Mid-Ohio 1991 con Wayne Cerbo, ambos sin obtener resultados deseables. La fiabilidad del coche no era la esperada, a razón de un bloque Cosworth BDT de 2.0 litros que rendía la friolera de 750 cv. El Ford RS200 cesaba su carrera en Norteamérica con un balance de 3 carreras de 38 posibles, terminando en penúltimo puesto durante su última aparición en Mid-Ohio 1991. Ya en la actualidad, como inusitada rareza, ha rodando en algunas de las ediciones de Goodwood, impoluto y más prominente que nunca. Toda una rareza de la que actualmente se encuentran datos a cuenta gotas.